Vivimos en un mundo singular, de características propias, y condicionado por su posición respecto al Sol y por la historia natural que atravesó, en gran parte por simple casualidad. Mucha gente desconoce que el oxígeno que debemos respirar es un desecho tóxico, un desperdicio del metabolismo vegetal, un verdadero veneno capaz de destruir casi cualquier metal conocido a través del proceso llamado oxidación. Y sin embargo la inmensa biomasa terrestre no podría sobrevivir sin él. ¿De dónde provino este imprescindible veneno, y cómo es que nos habituamos a respirarlo junto con el resto de las especies aerobias? Nuestros cuerpos están compuestos de alrededor de 300.000 millones de células, las que están integradas en promedio por un 68 % de agua. De manera que casi las dos terceras partes de nosotros es simplemente agua, en la que “nadan” los elementos esenciales para nuestra existencia. Todos sabemos que sin oxígeno ni agua, morimos sin remedio. Lo mismo le sucede a casi todas las especies. Pero las que para nosotros son condiciones normales de vida serían mortíferas para cualquier ser extraterrestre que nos visitara sin protección adecuada. ¿Cómo llegamos a esto?
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Vivimos en un mundo singular, de características propias, y condicionado por su posición respecto al Sol y por la historia natural que atravesó, en gran parte por simple casualidad. Mucha gente desconoce que el oxígeno que debemos respirar es un desecho tóxico, un desperdicio del metabolismo vegetal, un verdadero veneno capaz de destruir casi cualquier metal conocido a través del proceso llamado oxidación. Y sin embargo la inmensa biomasa terrestre no podría sobrevivir sin él. ¿De dónde provino este imprescindible veneno, y cómo es que nos habituamos a respirarlo junto con el resto de las especies aerobias? Nuestros cuerpos están compuestos de alrededor de 300.000 millones de células, las que están integradas en promedio por un 68 % de agua. De manera que casi las dos terceras partes de nosotros es simplemente agua, en la que “nadan” los elementos esenciales para nuestra existencia. Todos sabemos que sin oxígeno ni agua, morimos sin remedio. Lo mismo le sucede a casi todas las especies. Pero las que para nosotros son condiciones normales de vida serían mortíferas para cualquier ser extraterrestre que nos visitara sin protección adecuada. ¿Cómo llegamos a esto? SEGUIR LEYENDO 
