NO SEA TAN SOLO UN CORREDOR; TAMBIÉN LLEGUE A LA META. Una noche de Octubre de 1968, un grupo de espectadores perseverantes se quedó en el Estadio Olímpico de la Cuidad de México para ver la llegada del último corredor del maratón. Más de una hora antes. Mamo Walde de Etiopía había ganado la carrera, por lo que recibió los vitores de los espectadores, pero a medida que que la gente esperaba por los últimos participantes, iba oscureciendo y la temperatura bajaba. Ya parecía haber llegado el último de los corredores, de manera que los espectadores comenzaron a retirarse, cuando de repente oyeron sirenas y silbatos de la policía que venían de la puertas del maratón en el estadio y mientras todos observaban, el último corredor hizo su entrada en la pista para el último tramo de los cuarenta y dos kilómetros. Era Jhon Stephen Akwhari de Tanzania. Y mientras corría en la pista los últimos 400 metros, el público podía ver que su pierna estaba vendada y sangraba. Se había lesionado al caer